El entrañable putero de izquierdas

En agosto de este año compartí en mi página de FB un artículo sobre las violaciones en la industria del porno. Uno de tantos, salvo que en esta ocasión lo difundí en la modalidad de post abierto al público y una horda de puteros corrió a comentar debajo: que si ese artículo era inapropiado; que si las violaciones pueden ser puntuales, pero no han de tratarse como norma en esta chupiguay industria del porno, que es todo feminismo y amor; que si es de mal gusto publicar algo así… Claro que sí, guapi, de mal gusto no es que te la menees mientras ves una violación sino que las feministas lo denunciemos. Me recuerda a las grabaciones aquellas del Ministro del Interior: ilegal no es que hiciera chanchullos con el fiscal anticorrupción sino que lo grabaran.

La horda de puteros, finalmente, consiguió que FB eliminara esa publicación de mi muro y que me bloqueara durante dos días por <<Hacerles bullying>>.

Lo más gracioso de la anécdota es la denuncia de este comentario que también procedió a eliminar FB.

Para que nos entendamos: un putero confeso comenta en la publicación con la intención de amedrentarme y que la elimine, le contesto llamándolo por su nombre y el putero denuncia el comentario.

Supongo que llegadas a este punto ya tendrás una idea del tipo de puteros que abordó mi muro: fachas al más puro estilo Torrente, con su bandera de España colgando del retrovisor al lado de la Virgen de la Macarena, sus pantalones a la altura de los sobacos y ese insaciable fetiche de sacar comentarios racistas, xenófobos y homófobos hasta debajo de las piedras. Pues no. Error. Si ojearas los perfiles de cada individuo de aquella horda, fliparías pepinillos. El menos izquierdoso publicaba en abierto reivindicaciones hacia la clase política y difundía huelgas y manifestaciones. El más izquierdoso era vegano, anarquista y fan del Che.

Esta semana tuve otra experiencia muy similar. Esta vez no ocurrió en mi muro sino en el muro de este entrañable putero de izquierdas:

Tonta de mí, no sabía que era un entrañable putero de izquierdas, solo creía que estaba desinformado. Hasta que él mismo se descubrió:

Después de que él mareara la perdiz más de la cuenta, le contesté esto:

Comentario denunciado y cuenta bloqueada nuevamente (esta vez durante tres días). Razón, tal y como indica la captura: hacerle bullying.

A los puteros ni les tosas, que FB se enfada. Y si son entrañables puteros de izquierdas, menos aún. Los entrañables puteros de izquierdas son el futuro. Sin ellos las lucrativas industrias de explotación sexual de mujeres no tendrían nada que hacer. Ellos son los encargados de tranquilizar a las personas desinformadas y equidistantes, lavar la cara del negocio delante de sus compadres de izquierdas y llamar <<retrógrada>> o <<facha>> a toda aquella persona que se atreva a decir que la prostitución no es un derecho de las mujeres sobre sus cuerpos sino un privilegio milenario de los hombres sobre el cuerpo de las mujeres.

La forma de explotación patriarcal más antigua del mundo se ha convertido casi en un modelo de liberación sexual gracias al entrañable putero de izquierdas, el desinformador mejor preparado del mundo e inestimable embajador de Despentes, María Riot o Amarna Miller.

Que no te quepa duda, cada vez que escuches de un supuesto aliado socialista, comunista o anarka sobre Amarna Miller: <<Qué mujer tan preparada y qué amueblada tiene la cabeza>>, estás ante un entrañable putero de izquierdas. Tenlo claro. ¿Lo verías alabar a un personaje que abanderara la liberación obrera al rezo de <<queremos enriquecernos haciendo las horas extras que nos dé la gana y trabajando en vacaciones también si nos sale del pepino, nadie puede decidir por nosotros>>? No, ¿verdad? Pues eso. Para el entrañable putero de izquierdas, la dignidad humana es un concepto claro e intocable y existen toda suerte de mecanismos sociales que nos empujan a renunciar a la dignidad, excepto en el caso de las mujeres: para nosotras la dignidad es relativa y además decidimos siempre por nosotras mismas, sin un solo maldito condicionante social que nos empuje a ello.

Otro detalle que te ayudará a reconocer ipso facto a un entrañable putero de izquierdas es su curiosa manera de gestionar el tiempo. Esto es: estás con el entrañable putero de izquierdas en un debate sobre prostitución (evidentemente, crees a priori que se trata de un sincero aliado con el que compartes pensamientos políticos), te insiste en que <<La prostitución es  un trabajo como cualquier otro, regularizar la prostitución es el camino y blablablá>>. Harta de argumentar a pelo, le pasas un par de artículos de interés, y es entonces cuando el buen señor, que lleva como dos horas comiéndote la oreja, se queda repentinamente sin tiempo y te dice: <<Ya me los miraré cuando pueda>>. A veces, en este punto, el entrañable putero de izquierdas, haciendo uso de un ápice de coherencia, realmente abandona la conversación. Otras veces (no pocas), después de decirte <<Ya me los miraré cuando pueda>>, sigue insistiendo (si lo dejas, otra hora más) en que <<es un trabajo como otro cualquiera, hay que regularizar y blablablá>>.

Hablando ahora de los argumentos que el entrañable putero de izquierdas esgrime para llevarte a su terreno, concretaré unos cuantos que enseguida van a resultarte familiares:

<<La mayoría de las prostitutas que conozco lo hacen porque quieren y, además, tienen un alto nivel de vida>>. Y te lo dice el mismo entrañable izquierdoso que, con razón, tilda de inconscientes a quienes afirman: <<La mayoría de los moros que conozco han venido a España porque quieren y, además, tienen un alto nivel de vida>>.

<<Libertad de decisión, si una mujer quiere prostituirse, ¿por qué íbamos a impedírselo?>>. Pero está totalmente de acuerdo con que existan sindicatos que protejan los derechos de los trabajadores y les impidan firmar contratos abusivos o desarrollar tareas que atenten contra su dignidad (la dignidad de las mujeres respeto al sexo de pago, por supuesto, no cuenta como dignidad objetiva, ya lo comentamos antes).

<<Las abolicionistas atentáis contra las libertades individuales. ¿Qué problema hay si yo acuerdo sexo a cambio de dinero con una mujer que acepta voluntariamente? Sacáis moralidad hasta debajo de las piedras. Sois unas hipócritas>>. Y te lo dice el mismo individuo que se pone negro cuando oye: <<Los comunistas y los izquierdosos atentáis contra las libertades individuales. ¿Qué problema hay si quiero acordar un contrato libre que me beneficia y también beneficia a quien se lo ofrezco? ¿por qué tenéis que decir que es desigual o abusivo? Sacáis moralidad hasta debajo de las piedras. Sois unos hipócritas>>.

La Iglesia es otro clásico en los reproches del entrañable putero de izquierdas. <<Sois monjas>>, <<Os parecéis a la inquisición>>, <<No os debe joder tanto la Iglesia si para este tema estáis tan de acuerdo>>. Curiosamente, con lo mucho que presume de leer y conocer historia, se olvida con pasmosa facilidad de que para la Iglesia, desde el principio de los tiempos, la prostitución es un mal menor. Reconocida como necesaria, además, durante largos periodos.

<<Es un trabajo como otro cualquiera. Yo alquilo mis brazos para montar ferralla y ella alquila su coño>>. Y te lo dice el mismo individuo que hace dos semanas estaba discutiendo con un facha la diferencia entre alquilar fuerza de trabajo (trabajo) y alquilar personas en toda su integridad (esclavitud). Las mujeres no somos personas, claro, y nuestros coños y nuestras bocas van por libre.

<<La única manera de acabar con la trata es legalizar la prostitución>> Aquí, el entrañable putero de izquierdas, que suele alardear de lo poco que se fía de la prensa española y lo mucho que investiga los diversos contextos sociopolíticos internacionales, curiosamente, no ha leído nada sobre el resultado de la legalización de la prostitución en Alemania, ni tampoco conoce nada de nada acerca del modelo sueco. Tampoco hace uso de ese pensamiento crítico que sistemáticamente echa en falta en los demás. Cuando decimos <<La única manera de acabar con la trata es legalizar la prostitución>> realmente estamos diciendo <<La única manera de acabar con la trata es legalizar el alquiler de mujeres para sexo>> No tiene sentido, ¿verdad? ¿Por qué él, aparentemente, se lo encuentra? ¡¡Porque es putero!! Y no quiere renunciar al milenario privilegio patriarcal que le permite esas relaciones de poder que tanto le satisfacen. Porque el poder es corrupción y basura y capitalismo… excepto el poder de los hombres sobre las mujeres. Ese poder es sagrado.

<<Las prostitutas tienen que tener derechos>> Aquí me gusta recordar una cita de la gran Amelia Tiganus: <<Los proxenetas deben ser los empresarios más conscientes e implicados de todos, y los puteros, los clientes con mayor empatía, que no hacen más que luchar por los derechos de las trabajadoras del sector>>.

<<Hay que diferenciar prostitución de trata>>. Y te lo dice el mismo entrañable izquierdoso que te come la olla cada día para que no hagas diferencias entre leche industrial y leche ecológica y no compres huevos de ningún tipo, que las gallinas, incluso en libertad, son explotadas.

Por último, mencionaré la frase puteroizquierdosa por excelencia: <<Acalláis cualquier opinión que sea distinta a la vuestra. Os autoproclamáis abanderadas del feminismo y de las putas y no nos dejáis hablar a los demás ni queréis entender otros puntos de vista distintos a los vuestros>>. Tú, en cambio, entrañable putero de izquierdas, eres todo diálogo, comprensión infinita y apertura mental, ¿eh que sí? Por eso denuncias mis comentarios y solicitas a FB que me bloquee la cuenta.

Para acabar con la reflexión de hoy, y confiando con que algún entrañable putero de izquierdas se haya colado por aquí e incluso haya llegado hasta estas líneas, aprovecho para compartir este interesante artículo de Rosa Cecilia Lemus: una mirada Marxista sobre la prostitución. 

Venga… ahora juntaos para denunciarme otra vez, caris, que me muero de miedo y no tengo ni tiempo ni ganas ni mala leche para escribir más.

10 comentarios en “El entrañable putero de izquierdas

  1. Y yo, como ignorante no putero de no izquierda, me pregunto. Que pasa con la prostitución masculina? No existe? No tiene que ver en esto? O se rige por una moral completamente distinta que hace que no sea poder de la mujer sobre el hombre?

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    1. No sé qué quieres decir, aquí no se está discutiendo que la prostitución sea mala o buena, se está discutiendo a la gente que la defiende. Prostitucion masculina habela haila, pero aún no he visto a ninguna mujer defediéndola en caso de que alguien la denunciase o denunciase la falta de dignidad de los hombres putos. Por no decir que si la prostitucion masculina es un 10% de la total frente a la femenina, un 90% de esa prostitución masculina es consumida también por otros hombres.

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  2. Reblogueó esto en El Principio Delfíny comentado:
    De mi querida Judith Bosch, con quien tanto me falta por aprender, construir, escribir y reír. Ya escribí «Por qué soy abolicionista», y ésta es una razón más: porque existen feministas como Judith.

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